28 oct 2009

Esparcimiento de la alta gerencia


El director de una gran empresa pensaba si, ya que era una manera de relajarse del stress laboral, en definitiva hacer el amor con su mujer estaba relacionado al trabajo o es puramente placer.
Llama al subdirector general y se lo plantea:
— ¿Hacer el amor con mi mujer es placer o trabajo?
El subdirector responde:
— Pues no lo sé, pero lo estudio en seguida.
El director le da una hora para hacerlo. El subdirector general va a ver al responsable de recursos humanos y le tira el tema:
— Que el director haga el amor con su mujer ¿es un acto de trabajo o de placer?
El RRHH, navegando en Internet, le responde que no lo sabe, pero que gustoso lo averigua. El subdirector le dice que tiene 45 minutos para averiguarlo.
El RRHH le traslada la pregunta al técnico de formación de personal, que estaba muy ocupado peleándose con la máquina de café: "tomo el tema y le comento".
Se lo tira al becado, que está tapado hasta el moño de trabajo atrasadísimo, diciéndole que tiene cinco minutos para decirle si el hecho de que el director gral. haga
el amor con su mujer es trabajo o placer.
Sin levantar la cabeza, el becario responde inmediatamente:
— Es placer.
El TFP, intrigado por la rápida respuesta, le pregunta cómo ha llegado tan rápidamente a esa conclusión.
— Muy simple... ¡Si fuera trabajo lo estaría haciendo yo!

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